sábado, 22 de enero de 2011

“La Familia Paulina: una Carta de San Pablo a los hombres de hoy”

Del viernes 7 al lunes 10 de enero 2011 los Gobiernos generales de las cinco Congregaciones de la Familia Paulina estuvieron reunidos para el acostumbrado encuentro, que este año tuvo como distintivo y tema la preparación del Centenario de fundación de la Familia Paulina.

Como resultado del encuentro se obtuvo una propuesta de trabajo que será después desarrollada por otra comisión ad hoc y enviada a todas las circunscripciones y comunidades de los Institutos de la Familia Paulina. Los elementos fundamentales de dicha propuesta, distribuida en tres años (los tres años de preparación al centenario de la fundación de la Familia Paulina), son los siguientes:

2011-2012: memoria narrativa, conocimiento histórico de los ambientes y contextos en los cuales tuvieron su maduración el carisma paulino y el Fundador, a fin de focalizar el nacimiento progresivo de las varias Congregaciones y la formación de la Familia Paulina.

2012-2013: narración de la historia de la Familia Paulina del 1971 al 2011, o sea después de que el Fundador les dejó a los paulinos y paulinas la continuación de su obra.

2013-1014: “Lanzarse hacia delante” en el futuro. Recorrer el camino que está ante nosotros, dejándonos guiar por el fenómeno de la comunicación. Contar cómo será la Familia Paulina a partir de los destinatarios de nuestra misión común y de nuestros apostolados convergentes.

Las iniciativas del Centenario darán comienzo el 20 de agosto del 2011, y las fechas que todos deberemos valorizar serán:

1. La del nacimiento del Primer Maestro (4 de abril).

2. La de la fundación de la Sociedad de San Pablo (20 de agosto).

3. La de la muerte del Primer Maestro (26 de noviembre).

De dichos encuentros nuestra Familia tendrá que salir renovada, abierta a las exigencias del hombre de hoy y orientada hacia la esperanza.

Tomado del mensaje final a la Familia Paulina XXIX Encuentro de los Gobiernos Generales de la Familia Paulina

Fuente:
www.paoline.org

sábado, 15 de enero de 2011

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Tradicionalmente, la Semana de oración por la unidad de los cristianos se celebra del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de san Pedro y la de san Pablo. El tema elegido para 2011 es: Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración (cf. Hch 2,42).

Cada día de esta semana tendrá un tema distinto, los mismos pueden ser utilizados para la reflexión a nivel de grupo parroquial y para la reflexión personal:

Día primero - La Iglesia de Jerusalén.
El día primero sitúa los orígenes de la Iglesia madre de Jerusalén y se muestra claramente la continuidad con la Iglesia extendida hoy a través del mundo. Nos recuerda el valor de la Iglesia primitiva que daba fielmente testimonio a la verdad, al igual que hoy nosotros tenemos que trabajar por la justicia tanto en Jerusalén como en el resto del mundo.

Día segundo – Muchos miembros en un solo cuerpo.
El día segundo recuerda que la primera comunidad reunida en Pentecostés se componía de orígenes muy distintos, y que, de la misma manera, se encuentran hoy en la Iglesia de Jerusalén una gran diversidad de tradiciones cristianas. Tenemos presente el desafío de realizar una unidad visible aún más extendida, por los medios que tienen en cuenta nuestras diferencias y nuestras tradiciones.

Día tercero - La asiduidad a la enseñanza de los apóstoles nos reúne.
El día tercero presta atención al aspecto más fundamental de la unidad: la Palabra de Dios comunicada a partir de la enseñanza de los apóstoles. La Iglesia de Jerusalén nos recuerda que, cualesquiera que sean nuestras divisiones, esta enseñanza nos exhorta a que nos gastemos por amor los unos a los otros, y en la fidelidad al único cuerpo que es la Iglesia.

Día cuarto – El compartimiento, expresión de nuestra unidad.
El día cuarto insiste sobre la participación como segunda expresión de la unidad. Sobre el método de los primeros cristianos que ponían todo en común, la Iglesia de Jerusalén pide a todos sus hermanos y hermanas de la Iglesia compartir sus bienes y sus preocupaciones en la alegría y la generosidad de corazón, para que nadie permanezca en la necesidad.

Día quinto - La fracción del pan en la esperanza.
El día quinto se refiere al tercer aspecto de la unidad: la fracción de pan, que nos reúne en la esperanza. Nuestra unidad se extiende más allá de la santa comunión; debe implicar una actitud correcta en cuanto a la vida moral, a la persona humana y al conjunto de la comunidad. La Iglesia de Jerusalén pide a los cristianos unirse en “la fracción del pan”, ya que una Iglesia dividida no puede expresarse con autoridad sobre las cuestiones de justicia y paz.

Día sexto – Fuertes en la oración para actuar.
El día sexto presenta la cuarta característica de la unidad; como la Iglesia de Jerusalén, sacamos nuestra fuerza del tiempo que pasamos orando. Nuestro Padre, muy especialmente, nos llama a todos, débiles o fuertes, tanto en Jerusalén como en el resto del mundo, a trabajar juntos por la justicia, la paz y la unidad para que venga el reino de Dios.

Día séptimo - Vivir en la fe de la resurrección.
El día séptimo nos lleva más allá de estos cuatro elementos de unidad: la Iglesia de Jerusalén proclama alegremente la resurrección, incluso mientras aguanta el sufrimiento de la cruz. La resurrección de Jesús es para los cristianos de la Jerusalén actual una esperanza y una fuerza que les hace capaces de seguir siendo constantes en su testimonio, y de trabajar por la libertad y la paz en la Ciudad de la paz.

Día octavo - Llamados al servicio de la reconciliación.
El día octavo concluye el planteamiento sobre una llamada hecha por las Iglesias de Jerusalén en favor de un servicio más extenso: el de la reconciliación. Aunque los cristianos llegasen a la unidad entre ellos, no habrán acabado su trabajo, ya que ellos mismos deben reconciliarse con otros. En el contexto de Jerusalén, se significa entre palestinos e israelíes; en otras comunidades, los cristianos deben buscar la justicia y la reconciliación en el contexto que les es propio.

El tema de cada día se ha elegido no solamente para recordarnos la historia de la Iglesia primitiva, sino también para que las experiencias de los cristianos de la Jerusalén actual estén presentes espiritualmente, y nos inviten a reflexionar a todos sobre la manera en que podemos aprovechar en nuestras comunidades cristianas locales este tipo de experiencia. Durante este planteamiento de ocho días, los cristianos de Jerusalén nos invitan a proclamar y a testimoniar que la unidad -en su pleno sentido de fidelidad a la enseñanza de los apóstoles y a la comunión fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones- nos hará capaces de triunfar juntos sobre el mal, no sólo en Jerusalén, sino por todas partes del mundo.

Fuente:
www.vatican.va

sábado, 8 de enero de 2011

La libertad religiosa, camino para la Paz

1. Al comienzo de un nuevo año deseo hacer llegar a todos mi felicitación; es un deseo de serenidad y de prosperidad, pero sobre todo de paz. El año que termina también ha estado marcado lamentablemente por persecuciones, discriminaciones, por terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa.

Pienso de modo particular en la querida tierra de Irak, que en su camino hacia la deseada estabilidad y reconciliación sigue siendo escenario de violencias y atentados. Vienen a la memoria los recientes sufrimientos de la comunidad cristiana, y de modo especial el vil ataque contra la catedral sirio-católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Bagdad, en la que el 31 de octubre pasado fueron asesinados dos sacerdotes y más de cincuenta fieles, mientras estaban reunidos para la celebración de la Santa Misa. En los días siguientes se han sucedido otros ataques, también a casas privadas, provocando miedo en la comunidad cristiana y el deseo en muchos de sus miembros de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida. Deseo manifestarles mi cercanía, así como la de toda la Iglesia, y que se ha expresado de una manera concreta en la reciente Asamblea Especial para Medio Oriente del Sínodo de los Obispos. Ésta ha dirigido una palabra de aliento a las comunidades católicas en Irak y en Medio Oriente para vivir la comunión y seguir dando en aquellas tierras un testimonio valiente de fe.

Continuar leyendo aqui.

sábado, 1 de enero de 2011

Libertad religiosa, vía para la paz

"Libertad religiosa, vía para la paz", es el tema elegido por Benedicto XVI para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz del 2011. Esta jornada pondrá el acento en la libertad religiosa, que debe ser coherente con la búsqueda de la verdad.

"La jornada -se lee en un comunicado publicado hoy- pondrá el acento sobre el tema de la libertad religiosa. Ello, mientras en el mundo se registran diversas formas de limitación o de negación de la libertad religiosa, de discriminación y marginación basadas en la religión, llevadas hasta la persecución y la violencia en contra de las minorías religiosas".

"La libertad religiosa por tanto es auténticamente tal cuando es coherente con la búsqueda de la verdad y con la verdad del ser humano. Esto nos ofrece un criterio fundamental para el discernimiento del fenómeno religioso y de sus manifestaciones. Nos permite, en efecto, excluir la "religiosidad" del fundamentalismo, de la manipulación y de la instrumentalización de la verdad y de la verdad del ser humano. Así que todo lo que se opone a la dignidad del ser humano se opone a la búsqueda de la verdad, y no puede ser considerado como libertad religiosa".

La nota recuerda lo afirmado por Benedicto XVI ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: "los derechos humanos deben incluir el derecho a la libertad religiosa, entendido como expresión de una dimensión que es al mismo tiempo individual y comunitaria, una visión que manifiesta la unidad de la persona, aun distinguiendo claramente entre la dimensión de ciudadano y la de creyente".

"Actualmente son muchas las áreas del mundo en las que persisten formas de limitación a la libertad religiosa, ya sea donde las comunidades de creyentes son una minoría, como donde las comunidades de creyentes no son una minoría y sufren también formas más sofisticadas de discriminación y marginación, en el plano cultural y de participación en la vida pública civil y política. "Es inconcebible -ha remarcado el Papa-, que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos -su fe- para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos. Los derechos asociados con la religión necesitan protección, sobre todo si se los considera en conflicto con la ideología secular predominante o con posiciones de una mayoría religiosa de naturaleza exclusiva".

El comunicado concluye haciendo hincapié en que "el ser humano no puede ser fragmentado, dividido por aquello que cree, porque aquello en lo que cree tiene un impacto sobre su vida y sobre su persona. "El rechazo a reconocer la contribución a la sociedad que está enraizada en la dimensión religiosa y en la búsqueda del Absoluto -expresión por su propia naturaleza de la comunión entre personas- privilegiaría efectivamente un planteamiento individualista y fragmentaría la unidad de la persona. Por ello: "Libertad religiosa, vía para la paz".

Fuente: www.celam.org

Datos personales

Mi foto
Estudiante de Lic. en Administración de Empresas en la Mención de Informática de la UNESR. Lider del departamento de Atención al Cliente de Tecnología Cima 24, CA. Amante de las carreras, la natación y el Mar.