Sor Milagros Miranda, en estos días en Roma, para participar al Encuentro de Consejo alargado sobre el tema de la “rediseñación de las presencias”, es superiora delegada de Venezuela - Puerto Rico - República Dominicana. En esta breve entrevista, Sor Milagros nos presenta brevemente la realidad de su circunscripción, los desafíos que se presentan a la misión paulina en estos países, sus sueños.La Delegación, desde el 5 de noviembre al 5 de diciembre de 2008, estuvo dedicada a la “visita fraterna” realizada por Sor Luz Helena Arroyave y Sor Anna Caiazza, consejeras generales.
Sor Milagros, ¿puedes darnos una panorámica completa de la Delegación Venezuela - Puerto Rico - República Dominicana?Actualmente nuestra delegación está formada por 31 hermanas (28 profesas perpetuas y 3 junioras), subdivididas en 8 comunidades. El punto fuerte de la misión paulina está representado por la difusión a través de las librerías, muy bien abastecidas: cinco en Venezuela, dos en Puerto Rico y dos en República Dominicana. En los últimos años hemos acompañado el desarrollo de la Editorial, libro y multimedial, sin renunciar a lanzarnos en el ciberespacio a través de sitios y blog, para una evangelización al paso con los tiempos, privilegiando también la animación bíblica y el anuncio del Evangelio a través de la radio.
Una delegación pequeña pero vivaz…
Así es. Cada día experimentamos la mano amorosa del Señor que realiza cosas grandes a través de nuestra pobreza. Las Iglesias locales aprecian mucho nuestra presencia apostólica. A menudo las hermanas son invitadas a dar su aporte sobre todo en área bíblica y catequística, en la pastoral de la comunicación y en la formación.
¿Cuáles son los desafíos que vislumbras para la misión paulina hoy, en estos países?
Ante todo, considerada también la compleja realidad política de Venezuela y la crisis económica mundial, estamos llamadas a hacer opciones apostólicas coherentes, que confirmen la profecía propia de la misión paulina, usando la debida prudencia y atención al contexto. No podemos tampoco dejar de lado los desafíos de la organización. En modo particular debemos cuidar la formación de los laicos que operan con nosotras en el apostolado y abrirnos a diversas formas de colaboración.
Sor Milagros, ¿tienes algún sueño para el futuro?
Tengo varios. Sueño comunidades cada vez más fraternas, a alta tensión espiritual y evangélica, en las cuales poder vivir y hacer crecer nuestra vocación, en un clima de comunión y de colaboración, en la valorización de los dones de cada una. Sueño que se pueda seguir comunicando a las jóvenes generaciones la belleza de la vida consagrada paulina. Esto exige de nuestra parte apertura a las iniciativas de pastoral vocacional pero también esfuerzo en madurar en nuestra identidad de apóstoles de Jesucristo en el mundo de la comunicación.
¿Porque no llevan velo?
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