En la cripta del Santuario Reina de los Apóstoles, Roma, en la tarde del 5 de febrero, se reunieron los miembros de la Familia Paulina; entre ellos numerosas Hijas de San Pablo. Estaban allí, como dijo en la introducción a la solemne celebración eucarística Sor M. Antonieta Bruscato, superiora general, para hacer memoria del “dies natalis” al cielo de Sor Tecla Merlo, su Fundadora, modelo de santidad apostólica, fidelísima e inteligente colaboradora del Beato Santiago Alberione, en la constante búsqueda de la voluntad de Dios.
El Padre Attilio Monge ssp presidió la celebración eucarística. En la homilía afirmó que, “sin ajuares de vestes o de dinero pero con gozo y confianza” Tecla supo gastar su vida por el anuncio del Evangelio, y se hizo “un ejemplo de gozoso amor a Dios”. La eucaristía fue un canto del Magnificat por cuanto el Señor había realizado en ella.
El Padre Monge hizo también una confrontación con Ágata, la mártir de Catania, recordada ese día por la liturgia. Ágata, traducido, significa “buena”. Y “buena” era Tecla; buena, pero no sumisa; Ágata, victoriosa en el martirio; Tecla, ella también victoriosa en “su” martirio.
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