sábado, 10 de diciembre de 2011

¡Alengrense!. III Domingo de Adviento

El sendero es un camino angosto, que en diversas culturas se transforma en metáfora de la vida misma. La Iglesia recoge de los labios de los profetas y de Juan Bautista la invitación a aplanar los caminos porque el Señor está cerca. Preparar el camino requiere dar visibilidad a la vocación profética y “precursora”. Caminar como profetas no basta. Es necesario entrar en el único sendero que lleva al Padre: Jesús Camino, Verdad y Vida. El caminar en él nos obliga a asumir cada vez más sus rasgos totalmente humanos y divinos, siguiendo aquel itinerario de configuración al Hijo vivido por el apóstol Pablo: «Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí» (Gal 2,20).

Inauguramos la tercera semana con una gran invitación a alegrarnos porque «el Señor está cerca». En el Evangelio, el Bautista orienta a todos hacia Aquel que, aún estando en medio a su pueblo, no es reconocido: «El que viene detrás de mí es más poderoso que yo. Yo no soy digno de desatarle, inclinándome, los cordones de sus sandalias» (Mc 1,7). El Bautista recuerda a todos que la misión es indicar la presencia de Cristo en el mundo. Frente a actitudes cómodas, ambiguas y automáticas, el Adviento nos propone el valor grande del discernimiento para descubrir, a la luz de Dios, el valor profundo de todas las cosas. El Dios que sigue llamando, sigue siendo fiel a sus promesas. El Mesías esperado no es el juez implacable y duro; al contrario, él ha sido «enviado a llevar la buena noticia a los pobres, a sanar los corazones destrozados» (Is 61,1).
 
Se enciende la tercera vela de Adviento


Señor, al encender estas luces,
reconocemos que tú has querido
caminar al lado de los hombres y mujeres
de todos los tiempos.

Y queremos expresar nuestra disposición
acoger la voz de invitación de preparar tus caminos:
en la fe que ve tu presencia escondida
en las acciones de bien de las personas
de buena voluntad;
en la esperanza que apuesta
por un mundo conforme a tu voluntad;
en el amor que día a día se hace donación.


Al encender esta tercera luz concédenos, Señor,
la alegría de ser, también nosotras,
una lámpara que ilumine las encrucijadas del mundo,
y testimonie ante nuestros hermanos el amor de Aquel
que ha querido compartir nuestra condición.


Tu presencia es nuestro gozo. ¡Ven pronto, Salvador!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
Estudiante de Lic. en Administración de Empresas en la Mención de Informática de la UNESR. Lider del departamento de Atención al Cliente de Tecnología Cima 24, CA. Amante de las carreras, la natación y el Mar.