Señor, Tú eres nuestra roca.
Lejos de ti somos como casas construidas sobre la arena.
Pero hay días en los cuales no conseguimos afianzarnos en ti:
haz que nuestros corazones estén siempre vigilantes,
para que no se pierda nunca en nuestra mente la fuerza de aquellos días en los que nos hemos enraizado en Ti.
Que el sabor suave y la fuerza de tu presencia
no se borre jamás de nuestra alma, para que sepamos saborearlo,
custodiarlo, donarlo y buscarlo incesantemente.
Subsidio CEI - Cuaresma 2010
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