Cada comunidad debe, reflejar en su ser y en su actuar la vida de la Trinidad, pues de la cristología trinitaria de donde la parte la vida de comunión que debe reflejarse en la comunidad religiosa.
a) De la vida de amor en sentido vertical y horizontal, buscando el bien del otro como el Padre para el Hijo.
b) ser palabra de Dios y transparencia suya como el Hijo, de esta manera el individuo pueda encontrar en la comunidad el lugar adecuado para co–edificar y madurar espiritual y apostólicamente.
c) Viviendo en comunión con Dios y caminando en su Espíritu, estaremos en comunión con los hermanos.La espiritualidad Paulina debe ser vivida a partir de Jesucristo comino, verdad y vida. De esta manera es como Jesús se hace contemporáneo. Entrando Cristo en la dinámica de la historia, pues el problema de la contemporaneidad de Cristo no es otro que el de salvar lo que se encuentra en “foso”, y que nos separa de Cristo.
¿Cómo lograr que Cristo, sea hoy el Maestro, el camino, la verdad y la vida, aquel que vive en mi?
¿De qué manera actualizar hoy la expresión Paulina: “Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quién vive en mi”?
a) El Espíritu sopla donde quiere. Pero existen unos lugares privilegiados donde Jesús se hace para nosotros Verdad: la Palabra de Dios como la trasmite la Iglesia.
c) El Espíritu puede suscitar formas continuamente nuevas para hacer contemporáneo a Cristo Vida y comunicador de vida. Dos lugares privilegiados en los que el Señor vivo y vivificador se hace presente en nuestro hoy son: los sacramentos de la Iglesia y la experiencia del dolor humano.
Sólo por Cristo, vamos en el espíritu al Padre y sólo por él el Padre viene en el Espíritu a nosotros. Sólo en clave trinitaria logrará la Familia Paulina encontrar su identidad.
Actualizar y realizar este mensaje en el presente de la historia y lograr que Cristo sea hoy, en nuestro presente, nuestra experiencia, es decir, el camino, la verdad y la vida, asentarse totalmente en Jesús Camino, nuestra voluntad, Verdad, nuestra mente, y Vida, nuestro sentimiento, y conseguir que el hombre de nuestros días pueda vivir la experiencia de Cristo; lograr que el “foso” de los siglos pueda superarse de tal manera que Quien estuvo vivo y se volvió a aparecer vivo a nuestros padres en la fe siga siendo para nosotros el Señor vivo de nuestra vida, pues el verdadero drama del hombre moderno radica en la dificultad de vivir la experiencia de Cristo camino, verdad y vida.
a) De la vida de amor en sentido vertical y horizontal, buscando el bien del otro como el Padre para el Hijo.
b) ser palabra de Dios y transparencia suya como el Hijo, de esta manera el individuo pueda encontrar en la comunidad el lugar adecuado para co–edificar y madurar espiritual y apostólicamente.
c) Viviendo en comunión con Dios y caminando en su Espíritu, estaremos en comunión con los hermanos.La espiritualidad Paulina debe ser vivida a partir de Jesucristo comino, verdad y vida. De esta manera es como Jesús se hace contemporáneo. Entrando Cristo en la dinámica de la historia, pues el problema de la contemporaneidad de Cristo no es otro que el de salvar lo que se encuentra en “foso”, y que nos separa de Cristo.
¿Cómo lograr que Cristo, sea hoy el Maestro, el camino, la verdad y la vida, aquel que vive en mi?
¿De qué manera actualizar hoy la expresión Paulina: “Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quién vive en mi”?
a) El Espíritu sopla donde quiere. Pero existen unos lugares privilegiados donde Jesús se hace para nosotros Verdad: la Palabra de Dios como la trasmite la Iglesia.
b) La acción del Espíritu no es controlable. Sin embargo, hay unos lugares privilegiados en los que el Espíritu hace presente, contemporáneo del hombre, a Jesús libre y liberador, Camino hacia el Padre: la comunidad de salvación, la Iglesia.
c) El Espíritu puede suscitar formas continuamente nuevas para hacer contemporáneo a Cristo Vida y comunicador de vida. Dos lugares privilegiados en los que el Señor vivo y vivificador se hace presente en nuestro hoy son: los sacramentos de la Iglesia y la experiencia del dolor humano.
Sólo por Cristo, vamos en el espíritu al Padre y sólo por él el Padre viene en el Espíritu a nosotros. Sólo en clave trinitaria logrará la Familia Paulina encontrar su identidad.
Actualizar y realizar este mensaje en el presente de la historia y lograr que Cristo sea hoy, en nuestro presente, nuestra experiencia, es decir, el camino, la verdad y la vida, asentarse totalmente en Jesús Camino, nuestra voluntad, Verdad, nuestra mente, y Vida, nuestro sentimiento, y conseguir que el hombre de nuestros días pueda vivir la experiencia de Cristo; lograr que el “foso” de los siglos pueda superarse de tal manera que Quien estuvo vivo y se volvió a aparecer vivo a nuestros padres en la fe siga siendo para nosotros el Señor vivo de nuestra vida, pues el verdadero drama del hombre moderno radica en la dificultad de vivir la experiencia de Cristo camino, verdad y vida.
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