Federico Lombardi hace una llamada a la reflexión para que este acontecimiento “no sea una ocasión para el crecimiento del odio sino de la paz”.
Tras el anuncio del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de que fuerzas militares especiales de ese país habían dado muerte al líder de Al Qaeda Osama Bin Laden, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, afirmó este lunes, 2 de mayo, que ante la muerte de un hombre “un cristiano no se alegra nunca”.
“Frente a la muerte de un hombre, un cristiano no se alegra nunca, sino que reflexiona sobre las graves responsabilidades de cada uno ante Dios y los hombres, y espera y se compromete para que cada acontecimiento no sea ocasión para un crecimiento ulterior del odio, sino de la paz”, insistió Lombardi.
El portavoz de la Santa Sede recordó que Osama Bin Laden “tuvo la gravísima responsabilidad de difundir división y odio entre los pueblos, causando la muerte de innumerables personas, y de instrumentalizar las religiones con este fin”.
Las declaraciones de Lombardi reflejan la preocupación de la Santa Sede sobre la posibilidad de que el operativo estadounidense que acabó con la vida de Bin Laden sea causa de una mayor persecución a los cristianos en Medio Oriente, entre otras muchas consecuencias posibles.
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