En su intervención, el cardenal recordó que Benedicto XVI había hablado de la paz entendida como "don de Dios en la verdad" (2006); como "fruto del respeto de la persona humana" (2007); como "expresión de la comunión de la familia humana"; como "llamada a eliminar cualquier forma de pobreza material e inmaterial" (2009). Así, "siguiendo un ideal itinerario de paz, llega al contexto en que la humanidad recibe la vocación a la paz: la creación".
En el Mensaje de este año, el Papa ofrece "una visión cósmica de la paz (...) que se realiza en un estado de armonía entre Dios, la humanidad y la creación" y "en esa perspectiva el ambiente degradado expresa no solamente una ruptura del equilibrio entre la humanidad y la creación, sino un profundo deterioro de la unión entre la humanidad y Dios".
El Santo Padre manifiesta la "necesidad de actuar", pero "no propone soluciones técnicas, ni se entromete en políticas gubernamentales", sino que "llama al compromiso de la Iglesia en defensa de la tierra" y enumera una serie de "perspectivas para un camino común de la humanidad" que parte de "una visión no reductora de la naturaleza y del ser humano", un llamamiento a la responsabilidad colectiva, "una revisión profunda del modelo de desarrollo".
En el texto se pide también "coherencia en materia de la destinación universal de los bienes de la creación", se resalta la "necesidad de una solidaridad renovada entre las generaciones, (...) proyectada en el espacio y el tiempo" y "entre los países desarrollados y los que se encuentran en vías de desarrollo, sin alimentar visiones parciales que tienden a extremar algunas responsabilidades respecto a otras". Por último, el Papa aboga por "una utilización equilibrada de los recursos energéticos".
Benedicto XVI concluye expresando "esperanza en la inteligencia y la dignidad del ser humano" y trazando un "recorrido de profundo equilibrio interior y exterior, entre el Creador, la humanidad y la creación".
Por último, el presidente emérito del Pontificio Consejo Justicia y Paz subrayó que no era casual la decisión del Papa de dedicar el Mensaje de este año al tema de la ecología, ya que coincide con el 30 aniversario de la proclamación de San Francisco de Asís, el autor del Cántico de las Criaturas, como patrono de los cultores de la ecología. "El amor por la creación, si se proyecta en un horizonte espiritual -terminó- puede llevar al ser humano a la fraternidad con el prójimo y a la unión con Dios".