Es importante reflexionar y comprender cuál es la misión de la Iglesia y cuál es nuestra propia misión en la Iglesia, así como comprender cómo realizarla en y desde la Iglesia. Como referencias, tenemos lo que Jesús mismo nos ha dicho sobre la Iglesia y sobre nuestra misión; lo que la Iglesia misma ha dicho sobre su misión en el mundo; y lo que nosotros mismos sentimos respecto de nuestra propia misión (cf. misión y respuesta del apóstol: Mt 28, 19).
LAS TAREAS QUE COMPRENDE ESTA MISION SON (RM 18c):
1. El anuncio de Jesucristo y su Evangelio (RM 12a y 20a).
2. La formación y maduración de comunidades eclesiales (RM 26b y 20c).
3. La promoción humana y la encarnación de los valores evangélicos (RM 43 b y 20d).
Nuestro llamado es a vivir la comunión y participación en los diversos niveles eclesiales:
- Dentro del cuerpo somos partes; dentro del pueblo de Dios somos miembros; dentro del Templo de Dios somos piedras vivas; dentro de la Familia Eclesial somos hijos; dentro de la Iglesia tenemos el derecho-deber de evangelizar a todas las gentes.
- La misión de la Iglesia y nuestra propia misión se fundamentan en la comunión y participación de la Verdad, el Amor y la Vida de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- Recibimos nuestra misión en la Iglesia, la cumplimos en comunión y participación de Iglesia y desde ella vamos como enviados a evangelizar a todas las gentes en el mundo entero.
La misión es la que renueva nuestra identidad cristiana, nos devuelve nuestro entusiasmo, nos ayuda a superar las dificultades en nuestra comunidad y nos hace participar en la salvación de Jesucristo (RM 2).
Nuestra principal perspectiva de vida y servicio es realizar la propia misión en y desde comunidades eclesiales vivas, dinámicas y misioneras, y en nuestro caso particular como consagradas Paulinas, desde nuestro “púlpito”, las librerías, nuestros centros de difusión, y a través de todos los medios de comunicación más rápidos y eficaces.
Fuente: PONTIFICIUM OPUS A SANCTA INFANTIA