La realidad en la que vivimos, los rapidísimos cambios culturales y sociales, la comunicación, la globalización, las nuevas formas de pobreza… nos interrogan sobre la calidad de nuestra vida y sobre el sentido y la eficacia de nuestra misión en los distintos territorios en los que estamos presentes y trabajamos, y nos invitan a una revitalización total.
En su relación, Sor M. Antonieta, se detuvo sobre el imperativo de Don Alberione: “organizar el bien”, en el que se reflexiona el objetivo de la redeseñación. De hecho, entrar en dicho proceso, es hoy un llamado de Dios. Al mismo tiempo que somos muy conscientes de tener que reavivar nuestro rostro y el servicio profético al Vangelo, debemos organizarnos de modo nuevo para poder vivir el equilibrio entre comunión fraterna, oración, formación y misión. La Superiora general recordó que hoy la Congregación debe saber captar los signos de los tiempos, mirando hacia adelante y buscando caminos que permitan al carisma liberar toda su vitalidad; debe emprender con valentía formas inéditas de realizar la misión, en comunión entre nosotras y en colaboración con los laicos. Concluyó con la certeza que nos resultará más fácil descubrir hacia Donde nos lleva el Señor, si mantenemos fija la mirada en el horizonte, que es Cristo, y si nos dejamos conducir por la brisa del Espíritu.
15 de enero. Llegada y acogida de las hermanas de las diferentes provincias y delegacones.
16 al 18 de enero. Exposición de la realidad de cada provincia/delegacion.
19 y 20 de enero. Jornada de profundización.
21 y 22 de enero. Elaboracion del proyecto global de rediseñación de las presencia de Paulinas.
23 y 24 de enero. Cuestiones particulares. Reorganización, laicos, pastoral vocacional, entre otros.
25 de enero. Aprobación del proyecto de rediseñación de las presencias de Paulinas y conclusiones de los trabajos.
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