Pablo ha estado aún más presente en esta fase final. De hecho, en la jornada del 24 ha sido acogido el Proyecto para la rediseñación de las presencias y ha sido también Pablo quien lo ha iluminado con la palabra que el Resucitado le ha dirigido en el camino de Damasco: “Ponte en pie” (Hch 26,16); una invitación a proseguir en continua conversión, profundamente unidas y solidarias, empujando el carro de la misión paulina con la energía del Espíritu.
Se ha llegado a una visión común, y la voluntad del camino que será recorrido juntas se ha fortificado. No siempre podrá resultar fácil, podrá exigir esfuerzo, pero estamos seguras de haber iniciado un camino indicado por el Señor y que exige continuarlo con confianza.
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